domingo, 19 de abril de 2009

Bombarda

Mmm...como que no podré publicarlas todas...ahora tengo que ver lo de las galletas...me he dado cuenta que falta mantequilla...¬¬...fuck...en fin, iré a comprar...mientras, disfruten esto xD


Kamal (Galletera con poca paciencia xD)

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5º capítulo “Águila hipnotizada”


Rose guardaba sus libros con extraordinaria rapidez. La clase de Aritmancia quedaba en dos pisos más arriba y si no se apresuraba, llegaría tarde. Se había tomado más tiempo del normal, solo porque el idiota de Hill no había logrado hacer los encantamientos protectores como debían.


-Señorita Weasley, espere un momento…


Esa voz…Rose se quedó estática. Por algún extraño motivo que aún no lograba comprender, la voz del profesor Barucci le provocaba cierto temor, pero a la vez respeto. Volteó a ver esos ojos magentas, que poseían extraños movimientos llameantes en todo el iris y reprimió un suspiro. Se acercó al escritorio del profesor después de colgarse la mochila, y tomó aire.


-Usted dirá, profesor Barucci…


El hombre alzó la vista. Algunos cabellos le caían descuidados por sobre los ojos, ocultándolos. Su pálida tez adquiría un tono bastante peculiar, casi fantasmal, a causa de las antorchas de aquel salón. Y su voz, susurrante, inquieta…casi como una invitación a algo que Rose no entendía qué era. Sacudió su cabeza casi imperceptiblemente.


-Quiero que me ayudes. Es algo sencillo. Eres la mejor alumna de la clase.

-Si puedo ser útil…

-Claro que puedes. Quiero que me ayudes con unos trabajos de los alumnos de primer año. Siempre que no sea un inconveniente.

-¿Me…me está pidiendo…que sea como…un ayudante?

-Mmm…no, en realidad te estoy pidiendo que seas mi ayudante. Unas pasantías en Defensa Contra las Artes Oscuras te servirán para cualquier carrera que quieras seguir.


Rose abrió sus ojos sorprendida y luego sonrió. No podía creer la oportunidad que le estaban brindando. Sobre todo el profesor Barucci, aquel ser que demostraba un manejo tan profundo y concienzudo de las Artes Oscuras. Digno reemplazante de la profesora Malfoy.


-Profesor…para mí será un honor…

-Para mí es el honor que aceptes. Ahora puedes retirarte, Rose.


La muchacha asintió y salió del aula. No llevaba ni dos metros avanzados cuando se percató que el profesor la había llamado por su nombre. Y esa voz, tan provocativa, se le deshizo en los oídos. Y sintió que iba en una nube, mientras caminaba, pensando lo afortunada que era que el profesor Barucci la tratara con tanta familiaridad. Y que casi fuese su predilecta. Si al menos fuese el Jefe de Casa de Ravenclaw, y no de Slytherin…así su mundo de ensueño, adornado con seductores ojos magentas, sería perfecto.

Incendio

Les cuento...estoy comiendo chicle xD si!!! hace años que no comía. Pero con esto que dejé de fumar, comencé a comer chicle. Ya se me quitará la costumbre. Ah! y me di cuenta de algo. Ayer fui a una celebración y me dieron un cigarro...sí, fumé...¬¬...pero un cigarro le di 5 caladas y quedé muerta xD además en la boca me quedó una sensacion asquerosa >.< Sí, parece que, por el momento, ChileTabaco me perdió brígidamente xD

Kamal (la hija pródiga de ChileTabaco xD)
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4º capítulo “Leones cuidando Leona”

El crepitar del fuego en la chimenea las envolvía en un calor inusitado. Dea se encontraba sentada frente al fuego, mirando las llamas, mientras su cabeza se hallaba reposando en las piernas de una niña sentada en el sofá. La pequeña, de ojos azules profundos y cabello cobrizo, piel trigueña y algunas pecas, acariciaba con ternura los chocolates y lisos cabellos de Dea.


-Kathleen…

-¿Qué te sucede, Dea?

-Papá me escribió hoy. Aún no llega el abuelo Lucius. Apenas sepa que quedé en Gryffindor…

-Tranquila…él te quiere…nada le hará olvidar su cariño…

-Solo espero que la abuela Narcisa esté cerca…si no…

-¿Si no qué, Malfoy?

Ambas niñas miraron a sus espaldas y encontraron a un grupo de muchachos de rostro ceñudo. Dea se levantó y Kathleen la imitó. Ambas sacaron sus varitas. Ya antes esos chicos habían tratado de molestarlas, pero Albus y Lissy los habían detenido. Ahora ellos estaban en clases y no podían hacer mucho. Kathleen fue la primera en hablar.


-Déjala, Williams. Ella no te ha hecho nada.

-Ella no. Pero su familia es un montón de asesinos, Harper. No haces bien mezclarte con escoria como ella.

-¡No insultes a Dea!


El muchacho rió socarronamente mientras daba amenazantes pasos a Kathleen.


-Aléjate, Harper. El problema es con Malfoy, no contigo.

-¡No!

-Entonces…

-Deja eso, Kathleen…si el muy infeliz me quiere a mí, aquí me tiene…


La voz susurrante de Dea embriagó a todos los presentes. Porque muy Malfoy sería. Muy niña de once años y muy asquerosamente tentadora apariencia poseía. Pero si algo se le otorgaba era una exuberante belleza que aparecería con el correr de los años.

Williams se acercó a Dea, corriendo a Kathleen, y la observó. Piel bronce, cabellos chocolate, cuerpo de muñeca de porcelana. Pero sus ojos…eran sus fríos ojos grises, como mercurio, lo que indicaba (aparte de su apellido) que era una asquerosa Malfoy. Si sacaba esos dos detalles, hasta podría ser simpática. Williams movió un poco su cabeza, alejando esos pensamientos y alzó la varita a Dea.


-Expelli…

-¡Expelliarmus!


El rayo no iba para él. Golpeó su mano e hizo botarle la varita, lo cual se notaba que era el objetivo del agresor. Giró a un lado su rostro, furibundo, y se topó con dos muchachos, uno de cabellos negros y ojos marrones y otro pelirrojo de ojos azules. El de ojos marrones tenía la varita alzada.


-¿Tú también, Potter? Pensé que el acuerdo era con el otro Potter.


Antes de continuar hablando, el pelirrojo de azules orbes corrió hacia las chicas y las colocó a ambas protectoramente tras él. Williams bufó enojado.


-Aléjate, Weasley…

-No.

-¿Acaso no sabes que fue su familia la que destruyó todo aquellos años, siguiendo a El-Que-No-Debe-Ser-Nombrado?

-Se redimieron. Y aunque no fuera así, Dea no tiene nada que ver.

-¡Aléjate, Weasley!

-¡No!


Williams iba a decir algo más, cuando vio a James colocarse frente a su primo y las niñas, aún con la varita en alto.


-Potter, muévete…

-No…

-Por favor, James. Sabes bien que la extirpe de esos mal nacidos debería erradicarse de este mundo.

-Dije que no, Marck…


Marck Williams bufó enojado. Al notar la decisión de James Potter, guardó su varita y desapareció con su tropa de seguidores.

Cuando volvieron a quedar solos, Hugo se volteó a mirar a Kathleen.


-¿Están bien?, dime que no les hicieron nada…

-Tranquilo, Hugo. Llegaron a tiempo.

-Es un alivio…


El pequeño pelirrojo sonrió y sentó a Kathleen en el sofá. Mientras, Dea veía como James guardaba su varita y se acercaba a ella. Quedaban frente a frente y el chico de ojos chocolates, como el pelo de Dea, sonrió algo avergonzado.


-Sé que habrías podido con ellos…más que mal, eres Dea Malfoy…pero no quería que te hicieras daño…

-Muchas…gracias…

-Y…bueno…también escuché la conversación que tenías con Harper…

-Es de mala educación…

-Lo sé, pero no fue a propósito…bueno, decirte que mi padre ayudará al tuyo…y que la mamá de Hugo estará cerca. Sé que a tu abuelo no le agrada, pero si le da un infarto, ella lo atenderá. Solo quédate tranquila…

-Bueno, yo…

-Ven.


James ofreció su mano y Dea la miró confundida. Pero no le bastó eso. De un paso se abrazó a James y comenzó a llorar. El muchacho le acariciaba la cabeza y susurraba palabras dulces. Kathleen y Hugo miraban la escena sonriendo. Más que mal, por fin su amiga había sacado toda esa angustia que le estaba royendo por dentro. Las lágrimas de Dea dejaban de aflorar lentamente, pero ya era tarde. Albus y Lissy estaban en la entrada de la Sala Común y el pelinegro tenía serias dificultades para respirar. Lissy miró la escena sorprendida y luego volteó lentamente a Albus.


-Te desollarán vivo…

-No tiene que saberlo…Scorpius jamás debe saber esto…


Y los dos se quedaron ahí, sin ser capaces de decir o hacer algo. Realmente, que James demostrara preocupación era algo. Que Dea llorara, otra cosa. Que James consolara a alguien, una muy distinta. Que Dea fuera capaz de llorar frente a otra persona, plumas del otro hipogrifo. Y todo lo anterior junto…Albus explotó.


-¡¡Maldición!!, ¡¡¿Qué te hice, Merlín, qué te hice?!!

-Por Godric, ya cálmate…

-¡¡¿Calmarme?!!, ¡¡quieres que me calmé!!, ¡¡tú lo viste!!, ¡¡viste ese psicópata en potencia, ese futuro presidiario de Azkaban!!

-Relájate, no te hará nada…

-¡¿QUÉ?!

-Bueno…nada aún…primero tiene que aprender a lanzar Crucios y luego los probará contigo…


Albus palideció. Además, sin darse cuenta, ya estaban en medio de la Sala Común discutiendo. Kathleen los miraba sonriendo, divertida ante esa desesperación de Albus pocas veces vista. Hugo estaba con un libro en sus piernas, también riendo. Y cuando Albus estaba olvidando porqué estaba tan histérico, miro a James, que aún tenía abrazada a Dea. La niña se refugiaba en los brazos de su hermano. Y su mente le recordó una sepulcral y siseante voz…

No quiero que ese tarado se acerque a mi hermana. Ni siquiera que respire el mismo aire, ¿está claro?

Estaba muerto. Muerto y enterrado. Y volvió a mirar a Lissy, que sonreía graciosamente. Le daba un poco de pena, la dejaría viuda antes de casarse, siquiera antes de que le empezara a gustar de verdad. Pero era un hecho.


-Está decidido. Me voy a lanzar a las fauces del calamar gigante…

-Recuerda que ya lo intentó Ettore, el hermano mayor de los Malfoy…y no le resultó.

-Entonces me lanzaré sin escoba de acá…o dejaré que una manada de centauros me use de alfiletero. O tal vez convenza a los hipogrifos de devorarme…

-Pídele consejo a Ettore. Él te dará la mejor manera de morir con estilo…mira que ser alérgico a las Grageas de todos los sabores…eso es estilo.

-Tienes razón…le escribiré a Ted para que me dé su ubicación y…

-Dile a tu lechuza que lo busque. Es más sencillo. Ya no razonas. Eres un suicida sin cerebro…

-¡¿De qué demonios hablan ustedes dos?!


Tanto Lissy como Albus miraron a James, que ya había dejado sentada a Dea, a un lado de Kathleen y se acercaba a los dos chicos. Albus negó con la cabeza, esperando lo que venía, mientras Lissy miraba a los ojos color marrón de James.


-No pasa nada, Potter…

-Mira, Finnigan. Van a cortar con eso. Si tienen planeado matarse, allá ustedes. Pero antes, quiero saber porqué seré el único Potter varón que quedará.

-Queda tu padre también.

-Finnigan…

-¡Ah!, está bien. Es un mal de ustedes los Potter. Son demasiado graves. En fin, te la suelto ya. Malfoy, si se entera que estabas abrazando a su hermana o quizás qué suciedades más hiciste, matará a Albus. O sea, no matarlo…lo va a desollar vivo y utilizará la piel de tu hermano como abrigo mientras viene por tu cabeza.

-¿Scorpius…dijo eso…?


Los dos miraron a Dea, que se había acercado, mientras su voz sonaba casi como una súplica. Súplica que remeció en el corazón de uno de los presentes, aunque el dueño de dicho corazón no entendiera porqué.


-Bueno…decirlo así gráficamente…no. Más bien lo dibujó en un papel en Defensas Contra las Artes Oscuras…¿o fue Nott quién lo dibujo? Bueno, da igual. Ahí explicaba gráficamente qué haría si Potter se acercaba a su hermana. Y créeme, Dea, si te digo que tu hermano da miedo. Cuando toma el papel de asesino, es realmente tenebroso.


Dea miró a James y luego miró a Albus, que observaba fijamente la ventana, con claras intenciones de lanzarse por ella. La pequeña Malfoy sonrió, volviendo a provocar un estremecimiento en un corazón.


-No se preocupen. Yo no diré nada. Será nuestro secreto. Scorpius no tiene porqué enterarse.

-¿De verdad?


La niña asintió mientras Albus casi lloraba de la emoción. Ya había hecho su testamento mentalmente, despedido de sus padres y amigos, y todas esas cosas que uno hace cuando se sabe muerto. Al menos viviría más. Y abrazó a Dea, agradecido, mientras los presentes estallaban en carcajadas. Pero una carcajada era falsa. Se teñía de un extraño sentimiento, que no se podía explicar. Y el dueño de esa carcajada sacudió la cabeza. No debería pensar tamañas idioteces.

Serpensortia

Y continuamos...¿es necesario que escriba esto de aquí? Es que me faltarán palabras...y no digamos que a uno le suceden muchas cosas sentados en el PC. Mi madre ve "HP y el Cáliz de Fuego" porque no la había visto y quiere ver la otra conmigo...así que ahora escucho como Potter baila asquerosamente xD

Kamal (que está muy orgullosa de ser Slytherin, junto a sus padres, hermano y esposo xD)

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3º capítulo “Serpientes protegiendo Serpiente”

La Sala Común de Slytherin se veía solitaria. Solo una pelirroja estaba ahí, sentada en uno de los cómodos sillones, leyendo tranquilamente mientras hacía anotaciones en un pergamino. Estaba tan concentrada que no notó como dos personas rodearon el sofá y se sentaron a cada lado de ella. Lily alzó la vista, miró a los dos acosadores y luego continuó con su lectura.


-Hey, Potter…

-No es de buena educación ignorar a los superiores…

-No se me da la gana hablarles, ¿entendido?


Ambos jóvenes fruncieron el ceño. Y antes de que Lily pudiese defenderse o, mas bien, percatarse de lo que ocurría, le arrebataron el libro y el pergamino. Lily quedó atrapada en el sofá en medio de aquellas dos bestias y, a pesar que era la hija de Harry Potter, sintió miedo. Y mucho, al ver como esas serpientes pretendían cobrarse de algo que no sabía bien qué era.

Le tomaron una muñeca y la azotaron contra el sofá. Uno de los grandotes se sentó a horcajadas de ella y comenzó a apretar delicadamente su cuello. El otro miraba la escena divertido.


-Suéltala…


La voz que llegó de ninguna parte fue casi un bálsamo para Lily. Quiso saber quién era, quién la estaba salvando de aquel ataque. Pero solo vio como el otro chico salía volando, al mismo tiempo que una varita se posaba en el cuello de su agresor.


-No quiero repetirlo, Zabini…suéltala…

-Las cosas no son como cuando estaba tu padre, Malfoy. Yo no te tengo que obedecer.

-Entonces…permíteme enseñarte porqué tu padre acataba al mío…


Raro. Sonó raro y a la vez perturbador. Lily pudo verlo dudar. Zabini tembló casi imperceptible y el fuerte amarre de sus manos fue soltándose, hasta transformarse en casi una caricia. Torpe y llena de odio, pero caricia al fin. Se bajó de encima de ella y Lily, en un acto completamente superviviente, saltó por sobre el sofá y se fue a esconder tras el chico rubio que aún sujetaba la varita. Ahí notó que otro chico, de cabellos castaños y ojos amarillos, se colocaba tras ella.


-¿Por qué la proteges, Malfoy?, ¿acaso te gusta?

-Eso es asunto mío, Zabini. Y si no quieres comprobar qué significa ser hijo de una especialista de Artes Oscuras y de un ex mortífago, lárgate.

-No me intimidarás…

-Ya lo hice…


Zabini carraspeó molesto y se marchó. Lily iba a hablar cuando vio que el otro chico, que estaba inconsciente, comenzaba a despertar. El castaño alzó su varita.


-¿Quieres más, Grober?

-Nott…

-Ya lárgate. ¿No te apena que un chico de 3º te pueda desarmar tan fácilmente?

-Tú y tu estirpe de traidores.

-Tú y tu estirpe de inservibles, buscapleitos, amargados y estancados en el pasado. El Innombrable ya murió, hace mucho ya. Supéralo y lárgate.

-La pagarás…

-¿En galleons, sickles o knuts? Tú dime. Tengo de sobra.


El otro chico bufó y desapareció por la entrada de la Sala Común, como antes lo había hecho Zabini. Lily se quedó en silencio entre los dos muchachos, hasta que el de ojos amarillos guardó rápidamente su varita y la volteó con cuidado. Observó su cuello mientras el otro chico, que ya había guardado la varita, cruzaba los brazos y miraba con indiferencia algún punto. La pelirroja lo observó mientras el otro chico revisaba su cuello. Cabellos rubios, platinados. Ojos grises y pálida tez. Un rostro anguloso y una mirada parecida al hielo.


-No tienes nada. Me alegro que hayamos llegado a tiempo.


La voz del otro chico la hizo sobresaltarse. Lo miró fijamente. Sus ojos amarillos denotaban una ternura inusitada, mientras que su cabello color castaño le recordaba cosas dulces. El muchacho sonrió tiernamente.


-¿Estás bien? Porque supongo que no llegamos muy tarde.

-No…no te preocupes…estoy bien…

-Perfecto. De ahora en adelante, no estudiarás sola en la Sala Común. Ya viste, hay muchos locos desquiciados que no dudarán en cobrárselas contigo por lo que hizo tu padre.

-¿Mi padre?, ¿qué hizo?

-Matar a Voldemort.


Lily sintió el escalofrío al escuchar aquel nombre. No era que le temiese, simplemente no le agradaba. Ni escucharlo, ni leerlo, ni siquiera pensarlo. Y al parecer al chico de ojos amarillos tampoco le agradaba, porque un leve temblor lo recorrió, que Lily percibió en la mano que aún yacía posada frágilmente en su mejilla. El chico la retiró de ahí y escondió a Lily tras él, en un gesto completamente protector, mientras enfrentaba al chico de ojos plata, que había susurrado el nombre de Ése tipo.


-¡Por Salazar, Scorpius! Mil veces te he pedido que no lo nombres.

-No sé a qué le temes. Él ya está muerto.

-Al parecer el hecho de que tu familia haya sufrido tanto por Él te vale, ¿verdad?

-No digas eso…todos sufrieron por su culpa. Simplemente que da lo mismo, ahora está muerto.

-Eres un insensible. Por último, respétala a ella.

-Theo, no sé si notaste quién es…es la hija de Harry Potter, El Niño Que Vivió. Dudo que le tema a un nombre.

-Aún así…podría incomodarla. Eres un maldito insensible, asqueroso trozo de roca, montón de acero que finge ser humano, costal de inferi.


Lily tragó duro. Sentía que su protector se había sobrepasado. Pero en lugar de una lluvia de hechizos, el chico de ojos grises sonrió y se fue a sentar al sofá donde antes estaba ella. Recogió el libro y el pergamino y los dejó sobre una mesa a un lado. Su protector la tomó de la mano y la llevó a sentarse. La colocó a un lado del frío muchacho mientras él se sentaba al otro lado. La miró con sus ojos de halcón y sonrió.


-Me llamo Theodore Nott, llámame Theo si lo prefieres. Y ese témpano del otro lado es Scorpius Malfoy. A él llámalo Malfoy de plano. No merece más.


Lily miró de reojo al otro chico, que estaba recostado en el sofá, con los ojos cerrados y una hermosa sonrisa en el rostro, que iluminaba sus angelicales facciones. Volvió a mirar a Theo. El muchacho le sonrió nuevamente, tal vez para tranquilizarla.


-Mira, no iremos con rodeos. Tanto Potter como Finnigan hablaron con nosotros. Nos comprometimos a cuidarte aquí en la Sala Común y en la Mesa, mientras ellos cuidan a Dea, la hermana de Scorpius. Debes recordar que quedó en Gryffindor. Por lo mismo te pedimos que en cierta forma nos ayudes, y trates de no arriesgarte.

-Ningún problema pero…¿Por qué eres tú el que habla?, ¿no es la hermana de él?


Scorpius abrió un ojo y luego volvió a cerrarlo, entregándose a las más insospechadas ensoñaciones. Theo negó con la cabeza y miró dulcemente a Lily.


-Sí se preocupa. Solo que él no lo expresa. Para eso estoy yo, el muy idiota me utiliza como su “expresaemociones” personal.


Lily rió ante el comentario y Theo relajó los músculos.


-Bien, me alegra que te haya provocado gracia. A mí aún no lo hace. En fin, continúa con lo tuyo, nosotros nos quedaremos cuidándote.

-¿No tienen nada que hacer?, podríamos estudiar juntos…

-No te digo que ese paliducho acepte, pero yo sí.


Theo sacó un libro y un pergamino de una mochila a un lado del sofá, y los colocó en la mesa de centro. Lily lo imito y ambos se sentaron en el suelo para comenzar a estudiar. En ese momento, Scorpius se acostó a lo largo del sofá y Lily lo miró con el ceño fruncido.


-¿No tienes nada que estudiar, Malfoy?

-Sí, Potter…pero no tengo necesidad…


Y una graciosa sonrisa de lado se le dibujó. La pelirroja frunció más el ceño, pero Theo la interrumpió.


-Ni te preocupes. El muy bastardo es más inteligente que cualquier Ravenclaw…sobre todo porque fue uno de ellos quién le enseñó. ¿Conoces a Ettore DiMaggio?

-¡Claro!, es el mejor amigo de Ted.

-¿Ted?

-Ted Lupin. Es el ahijado de mi papá. Es como nuestro hermano mayor.

-Bueno, lo mismo que Lupin para los Potter, es DiMaggio para los Malfoy. Y él le enseñó muchas cosas a Scorpius. Por eso no necesita estudiar para ciertas cosas. Como Pociones.

-¿Y siempre es igual de callado?

-Sí, llega a ser desesperante. Más de una vez he olvidado su voz solo porque nunca habla.


Lily sonrió y continuó en una amena conversación con Theo, mientras Scorpius los miró de reojo y negó con la cabeza. Ettore tenía razón. El Sombrero empezaba a chochear. Era la única explicación para que Nott y Potter estuviesen en Slytherin.

Aguamenti

Bien, creo que publicaré uno a uno todos los capítulos. Y todos los publicaré hoy. ¿Por qué? Porque estoy haciendo hora para empezar a hacer las galletas de coco que dije que haría para comer mientras vemos "HP y la Orden del Fénix" en mi casa con toda la familia ^^

Este capítulo me gustó escribirlo. No sé porqué. Las cosas eran tan sencillas en esos tiempos (llevo escribiendo este fic desde que terminé las dulces historias)


Kamal (que en un rato más parecerá elfina doméstica cocinando xD)

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2º capítulo “Debe ser un error…”


Hugo Weasley conversaba animadamente con Lily Potter en el vestíbulo. Pronto los irían a buscar para la Selección y ambos estaban muy emocionados. Conversaban respecto a sus futuras casas y compañeros. En ese momento, la directora McGonagall los fue a buscar. Todos entraron a tropezones y se colocaron en fila. La profesora comenzó a llamarlos por orden alfabético.

Hugo miró a su hermana, en la mesa de Ravenclaw, que lo saludaba cariñosamente. Mientras, Lily vio a sus dos hermanos que la saludaban tiernamente desde la mesa de Gryffindor.


-¡Malfoy, Dea!


Una niña se acercó al taburete en silencio. Tenía los ojos grises y el cabello color chocolate. Pero su tez, a diferencia de la mayoría de los Malfoy, era color bronce, como levemente tostada. El Sombrero meditó un poco, como murmurando para sí. Y luego gritó muy ufano.


-¡Gryffindor!


Un susurro se extendió en todo el comedor. A pesar del tiempo, la fama de los Malfoy respecto de estar en Slytherin era casi legendaria. Muchas cabezas se voltearon a ver a Scorpius, que tenía sus ojos grises fijos en su hermana.

La niña, como si nada sucediera, se sacó el Sombrero y se dirigió a la mesa de los leones. El silencio continuaba posesionando la garganta de todos, hasta de la directora. La pequeña Dea vio como el profesor Barucci asentía y ella soltó un suspiro de alivio. Podía desgarrarse el aire, de tan tenso que estaba. Pero un joven pelinegro sacó a todos de aquella extraña ensoñación.


-¡Tenemos a tu hermana, Malfoy!, ¡y en tu cara!


Scorpius bufó enojado ante el grito de James Potter y la mesa de los leones irrumpió en aplausos y vítores. La selección continuó con normalidad hasta que…


-Potter, Lily


La pequeña pelirroja le sonrió a su primo Hugo y fue a sentarse al taburete. El Sombrero se quedó en silencio, casi por dos minutos. Y de pronto, dijo esa palabra que nuevamente detendría los alientos de todos.


-¡Slytherin!


La profesora McGonagall miró el Sombrero y frunció el ceño. Una cosa es que la pequeña Malfoy fuera a Gryffindor. Y otra cosa es un Potter en Slytherin.


-¿Estás seguro?

-Nunca me he equivocado, profesora McGonagall…


El susurro del Sombrero hizo sonrojar a Lily, que se lo sacó rápidamente y se lo entregó a la directora. James Potter volvió a romper el silencio.


-¡Tiene que ser un error!, ¡mi hermana no puede ser una serpiente!

-Señor Potter…cállese y permítame continuar con la selección.

-¡Es un error!, ¡hasta a usted la ha sorprendido, directora!


McGonagall iba a decir algo, cuando se escuchó una siseante voz.


-¿Quién tiene a la hermana de quién ahora, Potter?


James miró a Scorpius, que se había levantado y lo miraba desafiante. El pelinegro estaba a punto de sacar su varita, cuando el joven sentado al lado de Scorpius se levantó.


-¡¡Tenemos a Potter, tenemos a Potter!!


La mesa de las serpientes estalló en aplausos al grito de Theo y Lily se dirigió caminando hasta ellos, algo avergonzada. Se sentó al frente de Scorpius y el pálido de ojos grises la miró. Luego tomó asiento y susurró sonriente.


-Debes estar orgullosa de la casa donde quedaste, Potter.

-Nunca he dicho lo contrario, Malfoy.

-Me parece…


La selección continuó sin mayores problemas. El último fue Hugo, que terminó en Gryffindor, al igual que sus padres. Y el banquete dio inicio.

Cuando todos se dirigían a sus respectivas casas, Scorpius sintió que alguien lo tomaba del brazo. Giró lentamente la cabeza, mientras sus ojos mostraban un brillo casi psicópata. Al toparse con dos ojos verdes ocultos tras unas gafas, suavizó su mirada.


-¿Qué deseas, Albus?

-Tengo que hablar contigo, Scorpius.


El joven Malfoy asintió y esperó que todos se retiraran. Finalmente, en el vestíbulo, se reunieron Albus, Lissy, Theo y Scorpius. Éste fue el primero en hablar.


-Dime…¿Qué pasa?

-Estoy preocupado por Lily. Y, aunque no lo aceptes, sé que tú también estás preocupado por Dea. No es muy tranquilizador que una Malfoy esté en la guarida de los leones, literalmente…

-¿A dónde quieres llegar, Potter?


Albus miró como Theo fruncía el ceño luego de decirle eso. Le molestó eso. No tenía porqué meterse en la conversación. Pero antes de que reclamara, fue su amiga quien habló.


-Controla tus modales, Nott. Simplemente con Albus queremos proponerles un trato.

-¿Un trato?

-Te escucho, Finnigan.

-Albus y yo nos comprometemos a cuidar de tu hermana, siempre y cuando tú nos asegures que nadie torturará o molestará a Lily, Malfoy.


Scorpius guardó silencio y Albus comenzó a mirarlo fijamente. Antes que cualquiera de los dos se dirigiera la palabra, Theo extendió su mano a Lissy.


-Hecho. Y tendrán que cuidarla especialmente de ese hermano tuyo, James Potter. Con tal de fastidiar a Scorpius, es capaz de cualquier cosa.


Lissy sonrió y tomó la mano que Theo le ofrecía. Los ojos amarillos del Slytherin brillaron, como si de serpientes se trataran y Albus sintió como un puñal que le golpeaba misteriosamente el pecho.


-Genial. Recuerden, no dejen que molesten a Lily. Y nosotros nos preocuparemos de Dea.


Scorpius negó con la cabeza y miró a Albus, que tenía sus ojos pegados en Theo. Le golpeó suavemente en la frente, provocando la risa de Theo y Lissy.


-¡¿Y eso por qué?!

-Porque parecías idiota. Ahora, mientras tú tenías esa cara de baboso, estos dos nos han transformado en los guardaespaldas de la hermana del otro.

-¿Y?

-¿Y no vas a decir nada?, ¡lo que me faltaba!, ¡ser el niñero de una Potter!

-¡A mí tampoco me agrada andar cuidando los pasos de la princesita Malfoy!, ¡pero si no quieres transformarte en el menor de tus hermanos, al igual que yo, es lo único que se me ocurre!


Scorpius volvió a meditarlo en silencio para luego extender su fría y pálida mano hacia Albus.


-De acuerdo. Cuidan a mi hermana y nosotros cuidamos a la tuya. Solo te voy a pedir una cosa. Y espero que quede claro, porque si no…

-¿Qué?

-No quiero a Potter cerca de ella…

-¿A cuál?, no sé si lo notaste, pero entramos los tres…

-Serás idiota…¡a tu hermano mayor! No quiero que ese tarado se acerque a mi hermana. Ni siquiera que respire el mismo aire, ¿está claro?


Albus tomó la mano de Scorpius mientras asentía. Se soltó y las dos serpientes, luego de un gesto con la cabeza, desaparecieron con dirección a las mazmorras. Lissy miró a Albus, que soltaba un suspiro de alivio.


-¿Y a ti?, ¿Qué te pasa?

-Vi como Scorpius me desollaba vivo si James se acerca a su hermana…

-Si lo dices por ese brillo de sicario, por la estampa de asesino o por el tono de voz lúgubre y casi infernal…sí, yo también te vi desollado vivo.


Albus miró de reojo a Lissy con cara de fastidio. Y la chica estalló en risas mientras arrastraba a su amigo hacia la torre donde estaba la Sala Común de Gryffindor.

Wingardum Leviosa

Bien, he aquí la continuidad de mi fics...sí, esto ya va para novela xD En fin, es la primera parte. No hay grandes sucesos porque es más que nada la presentación de las circunstancias. Aquí les va ^^


Kamal (que ahora es Riddle porque en el tiempo que los abandonó se casó...además que dejó de fumar xD)

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1º capítulo “Calabaza, calabaza, cada uno a su casa”


Scorpius estaba en el vestíbulo con todos los niños que ingresaban ese año a Hogwarts. Su vista pasaba lentamente por cada uno de ellos, analizándolos, grabándose sus rostros. Su padre se lo había advertido. Muchos se acercarían a él solo por ser Malfoy. Extrañaba a Ettore. Si al menos él estuviese en Hogwarts, las cosas serían más sencillas.


-Hola.


Scorpius giró su rostro levemente y se topó con unos ojos verdes esmeraldas, escondidos tras unas gafas. Un cabello negro, muy alborotado, escondía en parte esos ojos. Scorpius sonrió. Sabía quién era.


-Hola…

-Papá me dijo que entrabas este año…

-Algo me comentó mi padre…

-¿Y en qué casa quedarás?

-Slytherin…ya sabes, la tradición familiar…

-Mmm…bueno, en caso de quedar en Slytherin, al menos conversaré con alguien.

-Potter…

-¿Qué?, es verdad…

-Está bien…

-¿Y cómo está tu hermana?

-¿Dea?, en casa. Bien. Algo triste sí.

-¿Por qué?

-Es lógico…sus dos hermanos mayores no están en casa ahora.

-Pero si Ettore salió junto con Teddy…

-Pero está estudiando en Rumania…

-Ah…ya veo…


En ese momento una chica de ojos castaños, pelo rojo alborotado y algunas pecas en su tez trigueña se colocó al lado del niño pelinegro.


-Hola…¿Quién es él, Albus?

-¡Rose!, me asustaste. Él es Scorpius Malfoy.

-¿Malfoy?, ¿eres algo de la profesora Malfoy?

-Soy su hijo…

-Ah…mucho gusto, soy Rose Weasley.


Ambos se dieron la mano justo en el momento en que llegaba la profesora McGonagall para llevarlos a la Selección.

Luego que todos los alumnos de primer año estuviesen en sus casas, la directora McGonagall se levantó para el discurso inicial.


-Bienvenidos a un nuevo año de Hogwarts. A los de primer año, decirles que no pueden ir al Bosque Prohibido y algunos alumnos antiguos, que deben recordar dicha regla. No permitiré que los sucesos del año anterior se vuelvan a repetir. También informarles que la profesora de Defensa Contra las Artes Oscuras, la profesora Malfoy, no seguirá impartiendo clases desde este año.


Un murmullo llenó el comedor, y muchos en la mesa de Slytherin miraron de reojo al pequeño Scorpius, que observaba su plato vacío afanosamente.


-Antes que me lo pregunten, no es por nada malo. La profesora Malfoy aceptó un trabajo en la Academia de Aurores. En su reemplazo, les presento al nuevo profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras, el señor Dante Barucci.


Un joven se levantó de la mesa de profesores y, con una sonrisa en el rostro, saludó efusivamente los aplausos que le brindaron. Luego se sentó y McGonagall carraspeó.


-Muy bien, que empiece el banquete.


Todos comenzaron a comer animadamente. Scorpius comía en silencio, tratando de esquivar cualquier pregunta relacionada de la decisión de su madre. En ese momento, un joven de cabello castaño oscuro, casi color chocolate, y de hermosos ojos amarillos se sienta a un lado de Scorpius.


-Hola.

-Hola…

-Soy Theodore Nott, pero puedes decirme Theo.

-Scorpius Malfoy.

-Lo sé.


Scorpius lo miró y alzó una ceja. En su mente las palabras de su padre daban vueltas. Y parece que gritaban, pues Theo sonrió y entendió aquella mirada.


-No te estoy hablando porque seas hijo de los Malfoy. Yo soy hijo de los Nott y eso da igual. Simplemente me agradaste de presencia. Mi padre ya me había advertido que te comportarías así…en fin, mi mamá dijo que me acercara.

-¿Tus padres?

-Si, ellos fueron compañeros de tu padre en la escuela. Los tres estaban en Slytherin. Como supondrás, mi padre era Theodore Nott…sí, no fueron muy originales en mi nombre. No sé en realidad porqué pero en fin…y mi madre se llama Pansy Nott…aunque tu padre debe recordarla como Pansy Parkinson.


Scorpius abrió sus ojos sorprendidos mientras miraba a ese alegre muchacho, que sonreía y no parecía mucho un Slytherin.


-Veo que sí te han hablado de mi mamá. En fin, me dijo que me acercara. Más que mal, eres hijo de quien fue uno de sus mejores amigos. Siempre encontró una lástima haberse alejado de tu padre, pero papá siempre le dice que nunca es muy tarde…aunque claro, ella es muy testaruda.


Scorpius sonrió. En su mente están las miles de veces que su propio padre reclamaba que Harry Potter no sabía callarse nunca, provocando la risa de su madre. Y si conociera a Theo, se volvería completamente loco.


-Le enviaré una carta a mi padre

-…porque a veces…¿ah?

-Que le enviaré una lechuza a mi padre. Para decirle que conoció a tu madre.

-No es necesario, no te preocupes. Cuando le diga a papá que te conocí, llevará a mamá arrastrando a ver a tu padre.


Ambos niños sonrieron y Scorpius se relajó. A pesar que a la única persona que conocía, a Albus, había quedado en Gryffindor, estar en Slytherin no era tan malo.

Mientras tanto, en la mesa de Ravenclaw, Rose Weasley escuchaba atentamente las palabras del prefecto.


-Bueno, y esas son todas las cosas que hizo…

-¿Y era un Ravenclaw?

-Claro que sí. Era un ser muy inteligente. No por nada es el animago más joven del que se tiene registro. Solo tenía un humor…

-…peculiar.


Rose miró a la chica que habló. Tenía los ojos ambarinos y el pelo color miel. No era muy alta y su tez era trigueña, como la de ella. El prefecto sonrió.


-Ella es Iris Haverbeck. Es su novia…¿aún son novios, verdad Iris?

-Sí, Cris…aún somos novios…


La joven se acercó al oído de Rose y susurró divertida.


-Créele cuando te dice que Ettore pasó a la historia como el busca pleitos más grande de Hogwarts…pero no le creas si te dice que es un tonto. Ettore simplemente se hacía el tonto.


Rose sonrió y continuó comiendo, mientras en la mesa de las águilas continuaban comentando las hazañas de ese joven que se había graduado el año anterior.

En la mesa de Gryffindor, mientras tanto, James miraba que Albus fijaba su vista en Rose y luego en Scorpius.


-¿Qué te pasa, enano?

-Rose quedó en Ravenclaw…

-¿Y?

-Nada…me hubiese gustado que quedara en Gryffindor…

-No te preocupes. Aquí te cuidaré yo. Al menos no quedaste en Slytherin. Allá terminó Malfoy

-No lo llames así…

-¿Así como?

-Tan despectivo…Scorpius es simpático…

-Y un Malfoy.

-La anterior profesora de Defensas Contra las Artes Oscuras también era Malfoy.


Ambos miraron a la niña de cabellos color arena, ondulado, de tez trigueña y hermosos ojos marrón. Albus inclinó un poco su cabeza hacia el lado y sonrió. James se había quedado sin palabras.


-Y según lo que me dijo mi padre, es una excelente maestra. Nunca le dio preferencia a ningún alumno ni a ninguna casa.

-¿Y quién es tu padre, que sabe tanto?

-Seamus Finnigan. Estudió con tu padre también, Potter.


Definitivamente, Albus estaba adorando a esa muchacha que le hablaba tan descaradamente a su hermano mayor.


-Pero ella no es nada Malfoy. Simplemente se casó con uno.

-Si se casó con uno, siendo ella una excelente persona, es porque los Malfoy no son tan malos. Deberías dejar esos prejuicios, Potter. Solo te enfrascan en una tontería.


Albus lo había decidido. Se casaría con esa chica, que lograba que su hermano se pusiera rojo de rabia. Cuando vio que James iba a replicar, le habló a la muchacha.


-Soy Albus Potter, mucho gusto.

-Lissy Finnigan. El gusto es todo mío.


Y los dos niños continuaron comiendo y conversando, ignorando completamente a un malhumorado James.