domingo, 19 de abril de 2009

Aguamenti

Bien, creo que publicaré uno a uno todos los capítulos. Y todos los publicaré hoy. ¿Por qué? Porque estoy haciendo hora para empezar a hacer las galletas de coco que dije que haría para comer mientras vemos "HP y la Orden del Fénix" en mi casa con toda la familia ^^

Este capítulo me gustó escribirlo. No sé porqué. Las cosas eran tan sencillas en esos tiempos (llevo escribiendo este fic desde que terminé las dulces historias)


Kamal (que en un rato más parecerá elfina doméstica cocinando xD)

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2º capítulo “Debe ser un error…”


Hugo Weasley conversaba animadamente con Lily Potter en el vestíbulo. Pronto los irían a buscar para la Selección y ambos estaban muy emocionados. Conversaban respecto a sus futuras casas y compañeros. En ese momento, la directora McGonagall los fue a buscar. Todos entraron a tropezones y se colocaron en fila. La profesora comenzó a llamarlos por orden alfabético.

Hugo miró a su hermana, en la mesa de Ravenclaw, que lo saludaba cariñosamente. Mientras, Lily vio a sus dos hermanos que la saludaban tiernamente desde la mesa de Gryffindor.


-¡Malfoy, Dea!


Una niña se acercó al taburete en silencio. Tenía los ojos grises y el cabello color chocolate. Pero su tez, a diferencia de la mayoría de los Malfoy, era color bronce, como levemente tostada. El Sombrero meditó un poco, como murmurando para sí. Y luego gritó muy ufano.


-¡Gryffindor!


Un susurro se extendió en todo el comedor. A pesar del tiempo, la fama de los Malfoy respecto de estar en Slytherin era casi legendaria. Muchas cabezas se voltearon a ver a Scorpius, que tenía sus ojos grises fijos en su hermana.

La niña, como si nada sucediera, se sacó el Sombrero y se dirigió a la mesa de los leones. El silencio continuaba posesionando la garganta de todos, hasta de la directora. La pequeña Dea vio como el profesor Barucci asentía y ella soltó un suspiro de alivio. Podía desgarrarse el aire, de tan tenso que estaba. Pero un joven pelinegro sacó a todos de aquella extraña ensoñación.


-¡Tenemos a tu hermana, Malfoy!, ¡y en tu cara!


Scorpius bufó enojado ante el grito de James Potter y la mesa de los leones irrumpió en aplausos y vítores. La selección continuó con normalidad hasta que…


-Potter, Lily


La pequeña pelirroja le sonrió a su primo Hugo y fue a sentarse al taburete. El Sombrero se quedó en silencio, casi por dos minutos. Y de pronto, dijo esa palabra que nuevamente detendría los alientos de todos.


-¡Slytherin!


La profesora McGonagall miró el Sombrero y frunció el ceño. Una cosa es que la pequeña Malfoy fuera a Gryffindor. Y otra cosa es un Potter en Slytherin.


-¿Estás seguro?

-Nunca me he equivocado, profesora McGonagall…


El susurro del Sombrero hizo sonrojar a Lily, que se lo sacó rápidamente y se lo entregó a la directora. James Potter volvió a romper el silencio.


-¡Tiene que ser un error!, ¡mi hermana no puede ser una serpiente!

-Señor Potter…cállese y permítame continuar con la selección.

-¡Es un error!, ¡hasta a usted la ha sorprendido, directora!


McGonagall iba a decir algo, cuando se escuchó una siseante voz.


-¿Quién tiene a la hermana de quién ahora, Potter?


James miró a Scorpius, que se había levantado y lo miraba desafiante. El pelinegro estaba a punto de sacar su varita, cuando el joven sentado al lado de Scorpius se levantó.


-¡¡Tenemos a Potter, tenemos a Potter!!


La mesa de las serpientes estalló en aplausos al grito de Theo y Lily se dirigió caminando hasta ellos, algo avergonzada. Se sentó al frente de Scorpius y el pálido de ojos grises la miró. Luego tomó asiento y susurró sonriente.


-Debes estar orgullosa de la casa donde quedaste, Potter.

-Nunca he dicho lo contrario, Malfoy.

-Me parece…


La selección continuó sin mayores problemas. El último fue Hugo, que terminó en Gryffindor, al igual que sus padres. Y el banquete dio inicio.

Cuando todos se dirigían a sus respectivas casas, Scorpius sintió que alguien lo tomaba del brazo. Giró lentamente la cabeza, mientras sus ojos mostraban un brillo casi psicópata. Al toparse con dos ojos verdes ocultos tras unas gafas, suavizó su mirada.


-¿Qué deseas, Albus?

-Tengo que hablar contigo, Scorpius.


El joven Malfoy asintió y esperó que todos se retiraran. Finalmente, en el vestíbulo, se reunieron Albus, Lissy, Theo y Scorpius. Éste fue el primero en hablar.


-Dime…¿Qué pasa?

-Estoy preocupado por Lily. Y, aunque no lo aceptes, sé que tú también estás preocupado por Dea. No es muy tranquilizador que una Malfoy esté en la guarida de los leones, literalmente…

-¿A dónde quieres llegar, Potter?


Albus miró como Theo fruncía el ceño luego de decirle eso. Le molestó eso. No tenía porqué meterse en la conversación. Pero antes de que reclamara, fue su amiga quien habló.


-Controla tus modales, Nott. Simplemente con Albus queremos proponerles un trato.

-¿Un trato?

-Te escucho, Finnigan.

-Albus y yo nos comprometemos a cuidar de tu hermana, siempre y cuando tú nos asegures que nadie torturará o molestará a Lily, Malfoy.


Scorpius guardó silencio y Albus comenzó a mirarlo fijamente. Antes que cualquiera de los dos se dirigiera la palabra, Theo extendió su mano a Lissy.


-Hecho. Y tendrán que cuidarla especialmente de ese hermano tuyo, James Potter. Con tal de fastidiar a Scorpius, es capaz de cualquier cosa.


Lissy sonrió y tomó la mano que Theo le ofrecía. Los ojos amarillos del Slytherin brillaron, como si de serpientes se trataran y Albus sintió como un puñal que le golpeaba misteriosamente el pecho.


-Genial. Recuerden, no dejen que molesten a Lily. Y nosotros nos preocuparemos de Dea.


Scorpius negó con la cabeza y miró a Albus, que tenía sus ojos pegados en Theo. Le golpeó suavemente en la frente, provocando la risa de Theo y Lissy.


-¡¿Y eso por qué?!

-Porque parecías idiota. Ahora, mientras tú tenías esa cara de baboso, estos dos nos han transformado en los guardaespaldas de la hermana del otro.

-¿Y?

-¿Y no vas a decir nada?, ¡lo que me faltaba!, ¡ser el niñero de una Potter!

-¡A mí tampoco me agrada andar cuidando los pasos de la princesita Malfoy!, ¡pero si no quieres transformarte en el menor de tus hermanos, al igual que yo, es lo único que se me ocurre!


Scorpius volvió a meditarlo en silencio para luego extender su fría y pálida mano hacia Albus.


-De acuerdo. Cuidan a mi hermana y nosotros cuidamos a la tuya. Solo te voy a pedir una cosa. Y espero que quede claro, porque si no…

-¿Qué?

-No quiero a Potter cerca de ella…

-¿A cuál?, no sé si lo notaste, pero entramos los tres…

-Serás idiota…¡a tu hermano mayor! No quiero que ese tarado se acerque a mi hermana. Ni siquiera que respire el mismo aire, ¿está claro?


Albus tomó la mano de Scorpius mientras asentía. Se soltó y las dos serpientes, luego de un gesto con la cabeza, desaparecieron con dirección a las mazmorras. Lissy miró a Albus, que soltaba un suspiro de alivio.


-¿Y a ti?, ¿Qué te pasa?

-Vi como Scorpius me desollaba vivo si James se acerca a su hermana…

-Si lo dices por ese brillo de sicario, por la estampa de asesino o por el tono de voz lúgubre y casi infernal…sí, yo también te vi desollado vivo.


Albus miró de reojo a Lissy con cara de fastidio. Y la chica estalló en risas mientras arrastraba a su amigo hacia la torre donde estaba la Sala Común de Gryffindor.

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