lunes, 16 de marzo de 2009

Lapifors

WOW!!!!!!!!!!!!! Me encantó escribir este capítulo!!!! Y descubrí que tengo un personaje para amansar bastante bien...hasta podría repetirse en cierta forma la historia de Remus y Tonks...pero no adelantaré nada ^^

Aquí lo tienen. El primero de los 3 pensamientos de Draco. Y luego el gran final (que de gran no tendrá nada xD) para empezar a escribir pronto la otra parte...TENGO MIL IDEAS EN LA CABEZA!!!

En fin, ahora me iré a dormir. Disfruten este capítulo...que creo será mi favorito hasta el momento. De echo, casí todos mis favoritos son las visiones de Draco, excepto el de Ofelia, "Neve nella finestra" que siento me quedó muy bien hecho.

Y sí, como no postean, no pongo porno...¬¬...y me alabo sola xD Ya, me voy a dormir, hablo pelotudeces.



Kamal (que siente mentalmente el "crucio" que le lanzará su madre por seguir metiendo bulla con el teclado a estas horas xD)

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Unexpected miracle

No podía ser cierto. Pero ahí estaba ella. Con una sonrisa en el rostro y ese brillo especial que le decía que todo era verdad. Ettore, con sus seis años y medio cantaba con Woody alguna canción desconocida, que se oía lejana. Solo podía estar embotado en sus pensamientos, en las frías noches de sopor, en los cálidos besos ahogados en su recuerdo y en esos ojos esmeraldas que lo observaban expectantes, esperando algo, alguna cosa.

Pero no podía decir nada. No se lo esperaba. Le retumbaban mil cosas en la cabeza y Ofelia no le ayudaba, con su cara de niña traviesa. Era una broma. Pero no podía serlo. Demasiado en serio para ser una broma, demasiado inesperado, demasiado milagroso.

Voy a ser padre…

Y el corazón le palpitó. Como aquel día cuando la conoció, como cuando ella le hizo el “mate” de su “jaque” en aquel invernadero. Como el primer beso. Como la primera vez que se perdió en sus gemidos y los sinsabores de sus sábanas. Como la noche que aceptó ser su esposa. Como el día que se casaron. Todo, absolutamente todo, perdía su importancia. Se ahogaban en la pócima que se había vuelto su cerebro, una vez más.

Hola Draco, soy tu cerebro. ¡Wow!, qué sorpresa, ¿no crees? ¿Ves que sirvió que me fuera de vacaciones?

Cállate imbécil, que nadie ha pedido tu opinión. Ahora no hables, ahora no digas nada. Tengo que ser yo. Tengo que decirle algo, tengo que abrazarla, fundirme en su pecho, fusionarme con su aliento, decirle que es hermosa, que me asfixio cuando ella se aleja, que me idiotiza su piel bronce, como metal incandescente, que su cabello es el bosque donde soñé siempre perderme. Que sus ojos son lagunas aguamarinas que susurran secretos inconfesables y llevan a la última locura.

Que me hace el hombre más feliz del mundo con esas palabras…

Pero nada salía. Nada podía decir. Y veía como la pequeña sonrisa se apagaba y los ojos miraban un punto infinito, perdido entre los clamores de sus desnudos pies. Su silencio cómplice, manchado de tintes de amargura, que no tenía porqué tener. Se armó de valor, para que la respuesta no fuera una simple jugarreta.


-¿Vamos a ser padres?

-Sí…


Y ese susurro, casi abatido, le perforó los oídos, se inmiscuyó en su piel y desató una explosión de verdades infinitas, de locuras primaverales, de una lujuria sin precedente.

Se acercó a ella y la abrazó. Y besó su boca, sus mejillas, su frente, su nariz, sus ojos. Y le regaló una tempestad de besos que jamás le había dado, excepto si ella se encontraba desnuda, dispuesta frente a sus manos exploradoras y sus labios deseosos. No importaba nada más. Solo existían ellos tres, que pronto serían cuatro. Y ese pensamiento le hizo recordar a Ettore y su indescifrable canción.


-¡Ettore!


El niño miró a su “padres” con una sonrisa en la cara, como si su ingenuo carácter le indicara lo que sucedería después.


-¿Sí?

-Vas a tener un hermano…


La mención del hermano enloqueció al pequeño. Saltó, bailó, gritó, expresó su alegría realizando una danza que encontró demasiado fantástica, extraída de las profundidades mismas de los bosques, puesto que Woody bailaba con él de forma sencilla, irrompible. Y el torbellino con fragancia a leche y chocolate desapareció por la puerta, seguido de aquel tronco castaño oscuro que parecía parte de la familia. Y escuchó los gritos de alegría y su pequeño informante alzaba la voz, callando cualquier clamor, mientras pregonaba a los cuatro vientos lo que sus padres adoptivos le habían dicho.

Se perdió de los saltos de júbilo que acontecían en algún sector de la mansión. Se perdió de las carreras y de cualquier otra reacción. Todo se perdió porque el mismo se hallaba perdido entre esos labios frutales, con aroma a limón y a eso indescifrable, que aún no averiguaba qué era. Porque su lengua recorrió esa cavidad húmeda, líquida, primaveral, soleada, que se le ofrecía en bandejas y cantos de sirenas.

Se separaron y la notó lejana, ausente pero tan suya. Y la sonrisa le devolvió el tesoro sibilino que le pertenecía. No pudo admirar más. El golpe abrupto de la puerta lo sacó hoscamente de su perdición.


-¡¡Voy a ser tío!!


Y un joven de ojos magentas y cabello chocolate se acercó corriendo. La piel pálida estaba teñida de sudor, indicándole que el muchacho había venido de alguna parte lejana de los terrenos. Sin previo aviso el joven le saltó encima, azotándolo contra el suelo mientras lo abraza y golpeaba cariñosamente. Demasiada efusividad.

De ahora en adelante, Dante no vuelve a juntarse con Harry.

Cuando por fin dejó de sentir abrazos asfixiantes y golpes con toques fraternales, Dante miró a Draco con una sonrisa de complicidad en los labios.


-Ya era hora, cuñado. Espero que no sea el único…ahora…¿dónde está mi hermosa hermanita?


Y sin esperar respuesta, se levantó y abrazó a Ofelia, que reía encantada de aquel torbellino de pasiones desenfrenadas en que se había convertido su hermano menor. Aún tirado en el suelo, observó la escena. Dante saltando de júbilo alrededor de su hermana y luego, sin previo aviso, unirse a esa danza etérea de Ettore y Woody. Y bendecir al nuevo ser con palabras dichas en un idioma que se le antojó dulce.

Solo sonrió. Se sentó a medias en el suelo y sólo sonrió. No importaba nada más. Ni las locuras de Dante, ni las extravagancias de Ettore. Ni siquiera las palabras que Woody le decía a ese pequeño en forma confidencial y que él había presenciado mientras fingía dormir. Nada importó más nunca más.

Iba a ser padre. Y ése era su milagro.

2 comentarios:

  1. asi k dante esta viviendo con los malfoy???... arranco jajjjajajaja

    esta lindo el capitulo... aunk draco frecuente% se kda sin palabras... si sera el wn XD jajajajaja

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  2. aaaw me encanta la historia, me gusta que Draco sea humano, que Ofelia le rompa constantemente los esquemas, que Ettore sea tan malditamente adorable, que Woody sea parte de la familia, que Narcisa sea tan mami de Ofelia, que el maldito de su padre exista poco, y que Lucius lo haya echado.. assdsad me encanta (L)!

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