Uff...son las 3.42 am y es otro día que no cumplí mi promesa de dormirme temprano...¬¬
Ya, no hay cigarros ni café (sí, definitivamente estoy en el infierno) así que el capítulo es casi vomitivo. Pero me gusta igual xD por el simple hecho que Draco colapsa cada vez más ^^ Pero ya se acabaron las perspectivas del sexy rey del sexo de Hogwarts xD Ahora habla dios (o sea, yo xD) y luego veamos qué nos tiene que decir la italiana ^^
Respecto a "Dame un Infierno"...sí, seré cruel xD les daré un adelanto de un diálogo que pasará en el próximo capítulo ^^
-tú lo mataste, ¿verdad?
-¿y qué si lo hice?
-deberías estar pudriéndote en la cárcel
-pero aquí estoy. ¿Te molesta? A mí no
Ya, creo que es suficiente ^^ Ahora un nuevo capítulo de este fic!!!! Que no tiene título, así que eso lo veré más adelante xD
Kamal (con cara de bosta por estar sin pucho ni café)
pd: ¡¡Salazar!!, ¡¡por qué me haz abandonado!!, ¡¡salvadme de Godric, SALVADME!!
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Peach juice
Estaba nevando. Había casi 10º bajo cero…tal vez un poco más, o un poco menos. Pero una cosa era segura. Tenía calor. Y estar al lado de la chimenea no ayudaba mucho. Las llamas se movían en susurros, casi hipnóticas. Y no tenía nada mejor que hacer que estar ahí, en lugar de estar en su casa, durmiendo.
Todo por ella
¡Ya basta! Casi era una obsesión lo que le pasaba. Podía lamer con su lengua los suspiros que había dado en los últimos días, las últimas horas, los últimos de todo. Pero no lo demostraría. ¡Por Salazar! Era un Malfoy, jamás diría que estaba obsesionado, ni menos por una mujer.
-Gárgolas parlantes, Draco. Colócate algo encima, hay 6º allá afuera, hace frío.
Perfecto. Ahora estaba seguro. Había 6º Celsius y él andaba en pantalones cortos, pies descalzos y sin camisa. A sus veintidós años estaba completamente desquiciado. Y todo por una mujer.
Por ella.
¡Hasta cuando! Este martirio ya parecía tortura. Verla vagar entre los recovecos de su mente enferma, verla desnudarse ante sus ojos fijos en el cristal, verla ladear la cabeza, en un hombro vacío. Ya no podía más. Ya la locura se posesionaba de su capacidad para razonar. Su cerebro era una poción mal hecha por Longbottom. Y sentía que en cualquier momento se arrancaría los ojos, todo para no verla más.
Un cuerpo se sentó a su lado y le cubrió con una manta. No miró. Ya su dignidad estaba tan jodida, que confirmar lo bajo que había caído sería hacerlo sentir peor. Un vaso de un líquido anaranjado, espeso, apareció frente a él y lo tomó desganado.
-Sé que tienes calor. Pero me da frío verte así. Bebe, es néctar de durazno.
-Me siento fatigado…y tengo calor.
-Ya lo sé. Llegaste hace dos horas y es lo único que haz dicho en este tiempo.
-¿Puedo decir algo más?
-Claro. Como por ejemplo, qué demonios te pasa.
-Nada.
-Sí, y yo soy El Niño Que Vivió.
-eres El Niño Que Vivió, Potter. Eres un asco en las ironías.
-Es un avance. Me llamaste por mi apellido.
Lo escuchó reírse y sonrió levemente. Era lo más extraño del mundo, pero se sentía bien. Al menos no estaba solo y no escuchaba los gritos de su padre discutiendo con Ofelia. No trataba de explicarse nada. Y así pasó media hora más, donde el famoso jugo se calentaba en sus manos y con el calor de la chimenea, y una lechuza ululaba en alguna parte de la casa.
-Estoy obsesionado con ella.
Un silencio siguió a sus palabras. Claro, era la verdad más puritana que decía desde que tenía memoria, era la perfecta muestra de que tenía algo parecido a un corazón, era la prueba que era un humano, y solo había silencio.
Di algo, estúpido.
Lo que fuera. Aunque sea una burla, una risa, carcajada, insulto, consejo, cualquier cosa. Pero no, tenía que guardar ese estúpido silencio.
Cara rajada
-Te dije que no me volvieras a decir así.
-No estoy de ánimos para hacer Oclumancia, por favor, Harry.
-No lo vi en tu mente, lo dijiste.
-¿Lo dije?
-Si.
-La idea era pensarlo.
No escuchó más. Bloqueó sus oídos de los reclamos de Potter. No volver a llamarlo cara rajada, ni en pensamiento. Era grave, más de lo que pensaba. Ahora decía lo que pensaba, ya no podía distinguir una cosa de otra. Perdía el control sobre sí mismo y lentamente iba cayendo en un pozo profundo, oscuro, frío, del cual se sentía eternamente atrapado. Tembló.
-Hasta que te dio frío. ¿Ves? Deberías escuchar a Ginny de vez en cuando.
-No es frío, Harry…
-No sé qué tanto te complicas. Esa chica te gusta, y más de lo que te han gustado otras. Además, es normal. Llevan casi tres meses viviendo juntos y tienen muchas cosas en común. Ambos son sangre pura, detestan a su padre, adoran a su madre, tienen genios parecidos. Ni ella cae rendida a tus encantos ni tú te dejas domesticar fácilmente. Y no fue a Hogwarts, así que no conoce tu faceta más odiosa. Deberías estar brincando de alegría y no con la cara de muerte que traes. Pareces Trelawney siendo tan fatalista y…
Y no se callaba. El parloteo de Potter se hacía gigantesco y él solo quería saber porqué su mente se negaba a funcionar, porqué ya no razonaba como antes.
Hola Draco, soy tu cerebro. Te dejo un tiempo, mi vuelo sale en dos horas.
Si, vete de vacaciones, mal agradecido. Ahora me abandonas, cuando más te necesito. Pero tenía que pensar. Y mientras, las llamas crepitaban, la chimenea se hacía intensa, movible, hipnotizante, de sutiles formas y embriagantes vaivenes que, combinados con la voz susurrante de Potter, lo transportaba a un lugar donde no pensaría más. Por inercia bebió por primera vez del néctar que le habían dado. Tragó duro.
-Está asqueroso.
-…donde las cosas…¿Ah?
-Tu jugo. Está asqueroso.
-Es néctar. Y se supone que no tienes que tomártelo luego de estar casi una hora calentándolo en la chimenea.
Harry guardó silencio, ofendido. Bueno, al menos se calló. Las llamas lo invitaban nuevamente a mirarlas, observarlas, verlas, tocarlas, besarlas, lamerlas. Sus danzas rimbombantes tenían un embrujo, un conjuro. Pero toda la magia desapareció cuando por un segundo se volvieron verdes y alguien cayó sobre él, golpeando en parte a Potter.
-¡Ay!
-Perdón Harry…estoy buscando a Draco.
-Está bajo tuyo.
Gracias, ahora estaba lleno de hollín, con un néctar caliente y pegajoso por todo el cuerpo, desordenado, unos cuantos moretones se verán mañana, y alguien que lo buscaba sin darse cuenta que estaba aplastándolo. Reclamarle, gritarle su incompetencia sin importarle quién era. Y dos lagunas esmeraldas lo ahogaron en un instante.
Siempre era ella.
No hablar, no mostrar un gesto, ni siquiera pensar. Bueno, era la idea, para que no le dijese absolutamente nada.
-Vamos Draco, tendrás que llegar a bañarte para que alcancemos a ir a la cena.
-¿Qué cena?
-La que tu madre te recordó mil veces ayer que no podías faltar. Donde los Greengrass
-Dijo que si no tenía pareja, no iba.
-Idiota, por eso estoy acá. Vamos, tenemos que irnos
-¿Tú?
-Si, yo. Ni que fuera un monstruo. Ya, levántate que estás pegajoso y dulce.
Una risa clara mientras probaba directo de mi piel el líquido espeso y pegajoso que ahora me bañaba por culpa de ese estúpido jugo. Una cena, con pareja, donde los Greengrass.
Definitivamente, ella.
Colocarse la camisa, los pantalones largos, las zapatillas. Una chaqueta y mirar a Harry y a Ofelia discutir respecto de la peligrosidad de la red Flu. Tomar la caja plana plateada sobre la mesa y resignarse a que en los tres meses que ella lleva ahí, solo se dedica a aprender. Y nunca hay que tomar néctar frente a la chimenea. Sabe mal y alguien podría aterrizar sobre ti por los estúpidos polvos Flu.
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Hace 7 años
ok... ahora veo a un draco humano, pero humano y mamon jajajajajaj...
ResponderEliminarencontre divertida la conversacion entre harry y draco, y la conversacion entre draco y su cerebro... esta bn cagao draco, pero bueno, es el precio k se debe pagar x haber krido ser 100pre tan frio en todo
besos
^^ me gustó, la encontré divertida :B jajaja. . . me reí, porque me río por todo y mi madre me miraba raro xD ~ :O quedé metida con ese adelanto de Dame un Infierno >.< sdasdasda
ResponderEliminar~ ya, eso, saludos, café, cigarros y volás varias para ti xD