lunes, 16 de marzo de 2009

Relaskio

Uff...este capítulo sí que me costó. Entre que me salió humano y discorde...además de largo. En fin, disfrútenlo igual porque lo hice con mucho aprecio...aunque éste definitivamente es un bodrio xD

mmm...estoy con insomnio...es puritita ansiedad...pero que bah! eso me hace escribir y bue...sería todo.

Hoy extrañé a la Javi y su eterno miedo que su madre la descubra en el PC a esta hora y a "Imperio" y "Crucio" limpio la mande a dormir xD. Pero este capítulo no va dedicado a ella...en realidad a nadie. Aquí muestro que Pietro Barucci es un verdadero bastardo!!! Así que cuando se me antoje matarlo, ese capítulo será todo tuyo, Javi ^^

Gracias a Herm, que me acompaña en mis noches de insomnio hasta cuando puede xD. Y no olvido a Gish, que sigue este fic o intento de fic.

Tani, no leas este capítulo...no tiene nada de nuestra Dios xD

¡Ah! Avisar que quedan solo 4 capítulos sin contar éste. Y subiré otro inmediatamente. Pero también avisar que esto es el preludio de la verdadera historia...porque de alguna forma tengo que explicar que un chico de...(ja! no les diré aún en qué casa queda Ettore) ayude a Scorpius a partirle la cara al idiota de James Jr., que lo estaba molestando xD.

Antes que empiece a leer, vaya a buscar algo para beber, tenga sus cigarrillos a mano y relájese, porque se viene largo xD


Kamal (que tiene 3 cigarros solamente...pero no se preocupa porque mañana le pagan xD)

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Αγγίξτε δολοφόνο

En “El Profeta” fue anunciada con bombos y platillos. Para qué decir qué sucedió en “Corazón de Bruja”. Le fue dedicada una edición especial porque ni siquiera alcanzaba a ser la boda del año. Boda del siglo la llamaron, solo comparada con la de Harry Potter y Ginny Weasley.

Y los reporteros la perseguían. Y querían saber todo de aquella que había conquistado el corazón del soltero más codiciado del mundo mágico.

Su nombre era Ofelia Barucci, única heredera de una gran dinastía en Italia. Sus padres, Pietro y Gina Barucci, eran poderosos empresarios en las tierras de las pastas. Había adoptado a un niño, Ettore DiMaggio, hijo de unos amigos de la escuela, víctimas de El Innombrable y sus seguidores. Aquello mostraba el gran corazón que poseía. Había estudiado en “Spettrale”, la famosa Escuela de Magia y Hechicería de Italia. Pertenecía a la casa de “Ovest” y salió siendo la primera de su generación. Inteligente, solo alguien como ella podría estar con el heredero del Imperio Malfoy. Todo, querían saberlo todo. Tenía 22 años, era poseedora de una belleza exuberante. Cabellos castaños, color chocolate, que caía suavemente formando hermosas ondas hasta sus caderas. Unos ojos esmeraldas, que brillaban como gemas. Piel tostada, delgada, no muy alta. Labios rosados, ni gruesos ni delgados. Y una eterna sonrisa.

La seguían. Donde quiera que fuera. La veían llevar a Ettore al Callejón Diagon. La veían pasear por el Valle de Godric junto a Ginny Potter y Hermione Weasley. La seguían en sus clases, ya que estaba terminando una excelente carrera para ser profesora. Sí, la futura señora Malfoy iba a hacer clases en Hogwarts, todos estaban seguros de ello. Y sacaban sus cámaras y los flash le escocían los ojos a Ofelia, pero ella, cansada, les regala una sonrisa de comprensión y continuaba caminando.

Siempre amable, siempre dispuesta. No daba declaraciones pero jamás se negó a brindar un poco de su tiempo para saludar o sacar una foto rápida, casi improvisada.

En cambio Draco Malfoy era mutismo absoluto. Pero una eterna sonrisa le seguía donde quisiera que fuera y los periodistas la reproducían mil, dos mil, cien mil veces si era necesario. Porque no todos los días se ve sonreír al joven Malfoy.


-¡Son insoportables!


Draco estalló en la sala de la Mansión Malfoy. Narcisa sonrió al ver a su hijo pasearse de un lado a otro y regaló una cucharita llena de huevos de hadas a Woody, que se sentó a los pies de Narcisa, alejado del fuego, y comenzó a comer alegremente. Ofelia tejía tranquilamente una bufanda a Ettore, con los colores verde y gris, mientras el niño estaba sentado en las piernas de Lucius Malfoy, que segundos antes le contaba una historia.


-Deberías relajarte, Draco querido. Cuando tu padre y yo nos casamos, fue el mismo revuelo.

-¡Pero madre! Esos periodistas me tienen enfermo. Me siguen al Ministerio, a la empresa, persiguen a Ofelia a sus clases, ni siquiera dejan que Ettore juegue tranquilo en una plaza. ¡¡Hace unos días le preguntaron si estaba feliz que yo fuese su nuevo padre!!

-¿Y qué les contestaste, Ettore?


Draco abrió los ojos sorprendido al escuchar la pregunta de su padre, dirigida al pequeño niño de cabello negro y ojos color sangre. El muchachito sonrió mientras tomaba las manos de Lucius.


-Que estaba muy feliz. Y que me gustaba mi nueva familia.

-Muy bien, así debes contestarles. Pronto serás un Malfoy hecho y derecho así que alza esa barbilla y mírame como los miraste.


Ettore miró de forma soberbia a Lucius y el hombre sonrió.


-¡Ese es mi nieto!

-¡Padre!

-Querido, deberías relajarte un poco. Ya ves a Ofelia. En todos los medios hablan maravillas de ella. Es una verdadera Malfoy.

-Gracias, Narcisa.


Draco dio un bufido de resignación y se fue a sentar al lado de su prometida. Narcisa volvió a llenar la cuchara de huevos de hada para Woody y miró a su hijo.


-Debes tranquilizarte, Draco. Te casas en una semana y estás más nervioso que la novia.

-Esos periodistas de pacotilla me sacan de quicio…


Draco sintió la mano de Ofelia acariciando la suya y volteo a mirarla. Se topó con esos mágicos ojos que tanto amaba y esa sonrisa que lo amansaba. La voz de Ofelia era calma pura.


-Draco…déjalos. Una vez que nos casemos, se aburrirán y encontrarán otra noticia. Solo buscan llenar páginas.

-Además, eres un Malfoy…

-¡Y los Malfoy siempre son importantes!


El grito que dio Ettore por respuesta a la frase de Lucius hizo sonreír al hombre, que le acarició la cabeza con ternura.


-Así me gusta. Serás un excelente ejemplo para tus hermanos.


El niño sonrió y Draco suspiró. Qué más daban los periodistas. Tenía paz en su casa, su vida había tomado un rumbo inesperado y no podía pedir nada más.

Una semana después…

Ofelia se miraba al espejo. Su traje de novia era hermoso, tal como siempre lo soñó. Blanco, con reflejos plateados, ceñido al cuerpo y suelto desde las caderas. Luego miró el delicado maquillaje y el moño sencillo de su cabeza, adornado por un tocado de diamantes que le había regalado Narcisa. Definitivamente Ginny y Hermione se habían esmerado en dejarla realmente hermosa.


-Te ves bien.

Volteó y sus ojos chocaron con los ojos magentas de su padre.


-Padre…

-Lo conseguiste. Recuperaste el derecho de pertenecer a los Barucci, tienes una familia y le diste un hogar digno a Ettore. Todo en un par de años. Felicitaciones.

-Bueno, yo…

-Ahora me quedo tranquilo. Ya me puedo dedicar por completo a la educación de Dante. Tu hermano tomó el mal ejemplo de tu rebeldía pero ya lo rectificaré. Esta boda también será un ejemplo para él. Así aprenderá que la sangre es un factor muy importante.

-No seas muy estricto con Dante…él sabrá comportarse. Si deseas, yo hablo con él…

-Estaría bien. Deberías indicarle el error que cometiste con mezclarte con ese mestizo. Lucca DiMaggio hizo muy mal al casarse con esa muggle, a pesar de ser un sangre pura…y su hijo trató de arreglar aquel error al estar con Isabella Cipriani, otra sangre pura. Pero esas ideas de libertad y de aceptación para con los muggles iban a destruir la gran mente que podría ser Ettore. Al menos con los Malfoy, ese pequeño ya comprende lo que vale. Y esa sangre asquerosa que corre por sus venas por culpa de su abuela muggle poco a poco irá desapareciendo.

-Padre…no digas esas cosas. Lucca simplemente se enamoró…

-Ya, ya…eso del amor de nuevo. No me agotes con un tema que no me interesa. No me importó cuando Lucca o Giovanni quisieron hablarme de él, ¿qué te hace pensar que ahora, porque tú lo mencionas, me interesará más? Lograste enamorar y estás a punto de casarte con Draco Malfoy. Pero eso no quita la basura en la que te revolcaste hace años.


Ofelia tragó duro y no replicó. No quería arruinar el día más feliz de su vida. Pietro sonrió falsamente y se acercó a Ofelia. La miró profundamente y susurró con toda la maldad que podía, escupiendo cada palabra.


-La felicidad que haz tenido los últimos años me la debes a mí. Cada segundo de tu existencia será gracias a mí. Porque velé por tu integridad aunque no hayas querido.

-¿A qué te refieres, padre?

-A que la maldición que sacó de este mundo a la escoria de Giovanni DiMaggio salió de mi varita. Fui yo quien la pronunció.


Y ahí estaba. Pietro Barucci había arruinado el día más feliz de su única hija. Ofelia ni siquiera alcanzó a decirle algo. Una potente voz se escuchó.


-¡Fuera!

Ambos Barucci miraron y vieron a Lucius temblando de pies a cabeza, a causa de la ira. Pietro Barucci sonrió y miró a Lucius.


-Lucius, Lucius…no querrás que todos comenten que el padre del novio echó de la boda al padre de la novia.

-Largo. Ofelia no lo quiere en su boda. Y yo tampoco.

-Si me voy, me llevaré a Dante y a Gina.

-No, ellos se quedan. Pero usted se larga.

-Lucius Malfoy…¿con qué derecho te enojas conmigo, si tú también alzaste la varita frente a inocentes? No eres mejor que yo.

-He dicho que largo. No me obligues sacarte a rastras, Pietro…te largas por las buenas…o soy capaz de sacarte a patadas.


La decisión en los grises ojos de Lucius provocó algo en Pietro. Algo que no quiso quedarse para averiguar. Antes muerto que admitir que sintió miedo.


-Me voy. Vendré mañana a la Mansión a buscar a Dante y a Gina. Felicidades, Ofelia. Y que seas muy feliz.


Y riendo quedadamente, se retiró. Ofelia miró a Lucius y el hombre se acercó a ella. La abrazó y dejó que la joven llorara en su hombro. Cuando se calmó, tomó su rostro entre sus manos y le sonrió.


-Si quieres, puedo pedirle a alguien que te lleve al altar…

-¿Puede ser usted?


Lucius abrió sus ojos sorprendido. Y en su frío rostro apareció una misteriosa sonrisa.


-Si así lo deseas, yo te llevaré, hija…

-Gracias…

-Ahora llamaré a Narcisa, para que te arregle el maquillaje.

-Gracias…

-Y olvida a Pietro. Él no volverá a molestarte.


Ofelia asintió y Lucius salió de la habitación. Al rato entró Narcisa y se acercó a Ofelia. Sacó su varita mientras le limpiaba suavemente el rostro con toallas de papel. Luego comenzó a maquillarla con ayuda de los maquillajes mágicos y su varita. Cuando hubo terminado, Ofelia notó que había quedado aún más hermosa.


-Gracias Narcisa…

-Lucius me comentó lo que pasó. No te preocupes, Pietro Barucci no te molestará más. Y si lo deseas, podemos pedirle a Draco que hable con Potter para proteger a tu hermano y a tu madre.

-¿De verdad harían eso por mí?

-Claro que sí. Ya eres nuestra hija. Gina y Dante podrían vivir aquí mientras se buscan un lugar. Luego ya veremos, ahora debes sonreír. No todos los días te casas. Y mucho menos por amor.

-Narcisa…¿puedo preguntarle algo indiscreto?

-Adelante.

-¿Usted se casó con Lucius por amor?

-La verdad, no. Nuestro matrimonio fue arreglado. Pero créeme cuando te digo que terminé enamorándome de ese hombre frío y sin escrúpulos. Y, aunque para el mundo siga siendo igual, tú haz visto el gran cambio que ha tenido. Ettore y tú han influido mucho en eso. Y a ese nuevo hombre lo amo más.


Ofelia sonrió con las palabras de su suegra y Narcisa le acarició el rostro.


-Al final, somos una familia como cualquier otra, ¿no crees?

-Sí…

Y sin decir más, Narcisa se marchó. A los minutos entró Lucius, que le ofreció el brazo a Ofelia.

La boda fue hermosa. La mitad del mundo mágico estaba ahí. Amigos, socios y la prensa. Las personas más importantes veían como Draco Malfoy y Ofelia Barucci unían sus vidas. Nada importaba. Simplemente comenzaba un nuevo mundo y la nueva oportunidad de ser feliz.

2 comentarios:

  1. y yo k esperaba k ofelia le lanzara el avada kedavra ahi mismo a su papa ¬¬

    en fin

    lucius tb esta cuerdo, me parece

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  2. asdasdasd, si, me mandaron a dormir con "imperio" ;o; porque mi madre se quedo despierta para controlarme ò.ó, tendré que hacerle un Hechizo Durmiente ¬¬' /// o.o! que horrible es Pietro! osea... yo lo mandaría a matar, porque no me ensuciaria las manos con él... aunque sería interesante ver como muere de una forma dolorosa... muahahahah!, bueno, de todas formas, conmigo estaría muerto hacer rato hm! xD

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